Historias Paralelas


Guillermo Marro y José Meolans son los mejores nadadores argentinos tanto en la natación adaptada como en la convencional. Ambos comparten el inicio, los sacrificios, triunfos, records y la pasión por el agua. Sin embargo, cada uno tiene lo que al otro le falta: Marro ganó dos medallas paralímpicas, mientras que Meolans fue el primer y único campeón del mundo nacional en este deporte.

Guillermo Marro comenzó natación para seguir a sus hermanos y ahí el médico le recomendó este deporte como medio de rehabilitación. Los padres de José Meolans decidieron que aprendiera a nadar por el “miedo” que les generaba el río de enfrente de su casa en Carlos Paz. En ese momento, ambas familias no sabían que el destino de sus hijos cambiaría para siempre. Las condiciones y el talento que Marro y Meolans mostraron desde el inicio los llevó a dedicarse a pleno a la natación de alto rendimiento y a alzar la bandera argentina en múltiples competencias internacionales.
“Creo que sin el apoyo de mis hermanos y de mi familia no estaría donde estoy. Mi mamá me dijo que era un camino muy duro pero que si lo quería afrontar ellos me iban a apoyar, ellos tuvieron la llave principal para que yo me iniciara en esto” recuerda “El Mago” de Pergamino. “Sin duda la contención familiar es un porcentaje muy alto el que ocupa en lo que uno hace, junto al entrenador, los amigos, son varios factores que se tienen que conjugar para que uno tenga un incentivo y una motivación por lo que hace” admite el cordobés.
Junto al talento y las condiciones, las horas de entrenamiento, los millones de kilómetros debajo del agua y los tiempos alcanzados los depositaron en la elite de la natación sin importar los sacrificios que soportaron para alcanzar el sueño. Y en este aspecto, la historia para ambos también se repite: “Sacrificios son varios, creo que a José y a mí nos ha pasado de tener que venir a Buenos Aires y dejar todo atrás. Después el hecho de dejar el colegio, los amigos, la diversión, cosas que van sumando por un objetivo claro”. “Mi situación es muy similar a lo que dice Guillermo, me han pasado cosas muy parecidas por este deporte. Dentro de lo que fue la infancia, haces actividades muy diferentes a las de un chico que tiene una vida normal, que solamente estudia. Pero el deporte también te devuelve en otros aspectos ese sacrificio”.
Y vaya que la natación les devolvió el sacrificio a ambos, pudiendo cumplir además sueños como estar en un Mundial o representar al país en un Juego Olímpico o Paralímpico. A Marro, por ejemplo, las dos medallas paralímpicas en Sydney 2000 y Atenas 2004, junto a todas las que logró a nivel americano, lo ubicaron desde el inicio del siglo en el top del ranking internacional. Meolans, por su parte, fue el primer nadador nacional en consagrarse campeón del mundo sumado a las tres participaciones olímpicas consecutivas desde Atlanta 1996.
“Para mí es mas que gratificante haber ganado una medalla de plata y una de bronce. Es un sueño cumplido y, considerando que a un argentino le cuesta mas estar en un podio, es el doble de gratificante y te dan ganas de seguir entrenando para volver a estar en ese lugar” recuerda Guillermo.
Para José haber logrado el primer título mundial para Argentina “fue una sensación muy linda, fundamentalmente porque se compensa y se premia todo lo que uno hace. Y sí, es muy especial ser el primer campeón mundial argentino, pero también lo es representar a tu país en cada competencia, haber ganado un Juego Panamericano, llegar a semifinales de un Juego Olímpico. Es un deporte al cual estoy muy agradecido, me ha dado mucho a lo largo de estos años y estoy muy contento con mi carrera, que dentro de todo ha sido bastante regular” admite.
Considerando los resultados, la historia los señala como los mejores nadadores argentinos. Sin embargo, la humildad es otra virtud que ambos comparten, a pesar de sus pergaminos deportivos: “A mí no me gusta hablar ni de mejor ni de peor. Yo creo que ha habido grandes nadadores a lo largo de toda la historia de la natación argentina y hoy por hoy también los hay y me siento parte de esa camada que ha dado algo por este deporte a nivel nacional” se enorgullece Meolans. En cuanto a Marro, él solo se siente “el mejor” por todo lo que viene haciendo: “los resultados, el entrenamiento y la planificación que tengo de acá a Beijing”.
A pesar de lo logrado, ninguno de los dos se conforma con eso y continúan la preparación para los próximos compromisos internacionales: el Mundial de Natación, en Noviembre de 2006 para Marro y Marzo de 2007 para Meolans, y los Juegos de Beijing 2008 para ambos.
Con respecto al Mundial, Guillermo se esperanza y va por más: “Yo estoy con muchas expectativas y con ganas de bajar de nuevo las marcas, de batir un nuevo record parapanamericano y en lo posible, subir un escalón más en el podio y con toda la ilusión de poder traer una medalla de oro”. En tanto, José, más cauto, lo aguarda como una competencia mas: “Estoy con la misma expectativa de siempre, con responsabilidad, con trabajo y con esperanza. Uno espera siempre ese tipo de torneos con muchas ganas”.
En tanto, los Juegos de Beijing encontrará a estos nadadores con diferentes necesidades para cada uno: Marro deberá alcanzar la medalla que le falta: el oro; en tanto, Meolans, sabiendo que será su último olímpico, quiere “demostrarse a sí mismo” que puede estar en la final de esta competencia.
Pero sus metas van más allá de lo deportivo. Ellos, que conviven a diario en los entrenamientos, que comparten sacrificios y sueños, saben que la pasión por el deporte no reconoce “diferencias” por eso reclaman y exigen por la unión del deporte adaptado con el convencional: “Sería muy importante porque hay mucha gente que piensa que lo nuestro es recreo y no se da cuenta qué es lo que pasa” analiza Guillermo; “Sería bárbaro. Ojalá se pueda dar. Acá somos todos iguales y lo dije y lo sigo diciendo y lo voy a mantener siempre, no tienen por qué mostrar que la gente sea diferente” sentencia José.
Sus inicios, sus sentimientos, sus sacrificios, sus pensamientos y sus historias los muestran sin diferencias, con más puntos en común que en contra.

Nota de tapa de Revista RETO. Julio de 2006.